Tomado del Diariolibre, por su interés social
A raíz del cierre de las escuelas para prevenir contagios de COVID-19, los niños y adolescentes han quedado más expuestos al uso indiscriminado de las pantallas del televisor o los videojuegos, como única forma de distraerse en casa. Pero, ¿cuáles son los efectos que esta exposición puede acarrear en los niños? La psicóloga y Máster en Neurociencia Cognitiva y Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, Laura Rivera, nos explica y nos ofrece claves para que la familia logre una relación sana con la tecnología.
—¿Cuáles son los riesgos y consecuencias del uso de las pantallas en los niños?
Los riesgos y consecuencias más comunes del uso inapropiado de la pantalla son: efectos negativos en el ciclo del sueño y el apetito, déficits en las conductas y habilidades sociales y emocionales, alteración de las habilidades cognitivas y del aprendizaje, como lo es por ejemplo, la atención, disminución de las interacciones en familia.
Además dificultades en el desarrollo del lenguaje y falta de estimulación las habilidades motoras, mayor vulnerabilidad y exposición a contenido y fuentes no sanas, menor ca- pacidad de tolerar la frustración, manejar el no y esperar, así como aumento de las conductas disruptivas, rabietas y comportamientos agresivos.
—¿A partir de qué edad se recomienda el uso de pantallas?
A partir de los dos años, no antes, y en esta edad el tiempo que se recomienda es entre media hora y una hora, no más.
—¿Cuál es el tiempo de uso recomendado según las edades?
De 0 a 2 años: 0, de 2 a 6 años: entre media hora y una hora, de 7 a 12 años: Una hora con un adulto que supervise, de 12 a 15 años: Una hora y media, y de 16 años en adelante: Dos horas. Estas son las recomendaciones dadas por la Academia Americana de Pediatría.
—¿Cómo los padres pueden hacer más constructivo el uso de los dispositivos electrónicos en los niños?
Para mejorar la calidad del tiempo en pantalla es crucial que como familia nos involucremos en lo que nuestros hijos ven en la pantalla, que participemos con ellos y mantengamos una línea de comunicación y confianza. Con esto, es importante estudiar los contenidos que nuestros hijos consumen para de esta manera hacer cambios en el contenido, con el objetivo de que lo que nuestros hijos vean en la pantalla contribuya a su bienestar integral.
También, hacemos este tiempo más constructivo priorizando en actividades que promuevan el aprendizaje, las conductas pro sociales y ejercicio físico. A su vez, para que el uso de pantalla sea positivo y no al revés, es importante que el tiempo empleado esté acorde con lo recomendado según la edad de nuestros hijos y que a su vez, el horario no afecte las demás actividades de importancia, por ejemplo, tiempos de almuerzo y cena, o en las horas previas de ir a la cama.
—¿Cómo pueden limitar los padres el tiempo de uso de las pantallas sin entrar en conflicto con los hijos?
Poner límites sanos y claros es necesario para el bienestar de todos en casa. Cuando hacemos cambios, como lo es por ejemplo: disminuir el tiempo de uso de pantalla en casa, si bien esto puede generar incomodidad en nuestros hijos, cuando se trata de decidir entre satisfacer los deseos de nuestros pequeños o elegir lo que les hace bien, siempre va a ser más valioso “aquello que aporta a su bienestar”, además a largo plazo se evitan futuros conflictos.
Para facilitar el proceso, se recomienda tener una conversación de calidad con nuestros hijos antes de hacer cambios, donde se les informe sobre las nuevas reglas en casa respecto al uso de pantalla, se validen sus quejas y emociones, y se les informe las consecuencias de seguir y no seguir las nuevas reglas.
—¿Cómo pueden los padres tener control de los contenidos que consumen los hijos, sobre todo los más grandecitos?
Para la supervisión, es importante que nuestros hijos estén en conocimiento de que entre las reglas de casa, está que papá o mamá van a mantenerse al tanto del contenido que se consume, para que esto no los tome por sorpresa y no se sientan agredidos o invadidos, con esto papá y mamá pueden supervisar cuidando la estima de todos en casa. Lo más importante es establecer y cuidar el vínculo de confianza y la comunicación con nuestros hijos, este siempre será el mejor recurso.
