San Salvador.-Tras ser reelegido por otros cinco años en febrero pasado gracias a su guerra antipandillas, el presidente Nayib Bukele ha adoptado una política conservadora, haciéndole frente a las corrientes ideológicas que pretenden se acepte sus desviaciones sexuales contra la naturaleza y el mandato del Dios creador del universo.
Hace una semana, Bukele anunció el despido de 300 empleados del Ministerio de Cultura por promover «agendas» incompatibles con la visión de su gobierno, lo que varios funcionarios celebraron como una defensa de «la familia tradicional», «la fe» y «la vida».
Días antes, el Ministerio de Cultura había aprobado la presentación de una obra LGBT en el Teatro Nacional, cancelada inmediatamente tras su primera función.

Poco después de arrasar en los comicios, Bukele asistió en febrero, al igual que su homólogo argentino Javier Milei, a la mayor convención de conservadores de Estados Unidos, donde se rechaza totalmente este tipo de agenda antinatura.
Ese mismo mes, el Ministerio de Educación anunció que retiró de los textos escolares «todo rastro» de perspectiva de género, decisión aplaudida por grupos conservadores y criticada por activistas de derechos humanos