Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- El desfile de La Gran Parada Dominicana de El Bronx, celebrado el pasado domingo en dicho condado y presidido por Felipe Febles, cambió en gran porcentaje al presentar a la comunidad dominicana un activismo político enorme, en vez de las costumbres y cultura arraigada de la RD.
Es sobre honrar y valorar nuestras raíces sin permitir que la intrusión política diluya su importancia, pero en sí los políticos opacaron el espíritu del desfile.
Se cambió la demostración de la cultura dominicana (folklor, tradiciones, música, bailes y costumbres) al permitir la politización al máximo de decenas de marchas, carrosas, vehículos y grupos de entidades políticas de la RD, quienes tuvieron que pagar altas sumas de dinero para participar.
Cada una de ellas hizo el esfuerzo de llevar cientos de acompañantes, decenas de ensordecedores altoparlantes en los vehículos, lanzando consignas, abrazando personas y confundiéndose entre la multitud.
Figuraron Ramfis Trujillo, presidente del Partido Esperanza Democrática (PED), y el precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Ramón Alburquerque con “compañeros” pertenecientes a su tendencia.
Además, Víctor Abreu y Carlos Peña, de los Partidos Asamblea del Pueblo y Generación de Servidores (GenS). También el doctor Yomare Polanco, presidente del Partido Demócrata Institucional (PDI), coordinador general del Bloque de Partidos Opositores en el Exterior, y pre candidato a diputado de Ultramar por la Circunscripción No.1-USA.
Trujillo y Alburquerque fueron los únicos políticos que se detuvieron a saludar, una y otra vez, entre la multitud ubicada en el trayecto de la vía Grand Concourse, siendo el primero más activo y hasta bailaba contagiosos merengues con mujeres de diferentes edades. Las fotos fueron por cientos.
Las seccionales del PRM, FP, PLD y AlPaís, entre otros, desfilaron con grandes multitudes, a parte de los precandidatos a diputados por cada una de esas organizaciones, haciéndolo con seguidores exclusivos suyos.
Entre ellos Cirilo Moronta, Roberto Rojas, Gregorio Morrobel, Henry Abreu, Leidy Laura Núñez, Amiris Pérez y William Schuwerer, entre otros.
La Gran Parada, reconocida como uno de los eventos más emblemáticos para la comunidad dominicana en la Gran Manzana, ha sido objeto de críticas y controversia este año debido a la creciente presencia de políticos.
Este fenómeno ha generado una preocupación legítima entre participantes y espectadores, ya que el sentido y objetivo del evento se ha desviado, en vez de resaltar nuestra dominicanidad.
Es comprensible que en este año pre electoral y con campaña abierta, los partidos y nuestros políticos busquen aprovechar este evento para conectar con la comunidad dominicana y ganar popularidad en una de las zonas de mayor concentración de dominicanos fuera de nuestro país.
La Gran Parada debe ser para honrar y valorar nuestras raíces sin permitir que la intrusión política diluya su importancia.