Por: Obispo Mauro A. Vargas.
Santo Domingo, RD.- Luego de un largo período de promociones políticas, en procura de alcanzar diferentes posiciones para ocupar cargo presidencial y congresuales, a fin de servir a los mejores intereses de la República Dominicana, hoy damos gracias a Dios que felizmente el proceso electoral y la efervescencia política, llego a su fin, con una gran demostración de civismo y un comportamiento ejemplar del pueblo dominicano.
Al concluir dicha jornada con el cierre de las elecciones del domingo 19 de mayo de 2024, es pertinente que los dominicanos y dominicanas que amamos la patria, nos reenfoquemos en nuestras labores productivas, con el fin de seguir motorizando el desarrollo integral de nuestro país.
Felicitamos a la Junta Central Electoral (JCE) por su función de árbitro confiable, por haber manejado con gran calidad la denominada «fiesta de la democracia». Vayan nuestros parabienes a hombres y mujeres que fueron electos a cargos de senadores y diputados, a los cuales motivamos a cumplir con la Patria, y al trabajo tesonero en favor del país.
Nuestras felicitaciones al presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, por el voto de confianza que le ha dado la población para que siga al frente de la administración pública por cuatro años más, manifestando el ejemplo de entrega, sacrificio y lucha como lo hicieron nuestros padres fundadores de la nación (Duarte, Sánchez y Mella).
También van nuestras felicitaciones a la clase política por su madurez y capacidad, al reconocer con humildad el triunfo de los ganadores. Al final de esta reflexión, en nombre de mi persona, me sumo al llamado de unidad nacional hecho por el presidente de turno, a fin de seguir avanzando todos juntos, en procura de los mejores resultados para la República Dominicana.
Es nuestra oración que el Dios Todopoderoso guíe en cada momento a todas nuestras autoridades, y seguimos rogando por ellos como nos señalan las Sagradas Escrituras, por los que están en eminencia.
Exclamemos todos juntos, y a viva voz «¡Que Dios les bendiga, y que viva la República Dominicana!». Así se hace Patria.